Nace el 10 de octubre de 1839 en la ciudad de Ronda
(Málaga), en el seno de una familia acomodada, lo cual le permite tener
formación universitaria. Su padre Francisco Giner de la Fuente y su madre
Bernarda de los Ríos Rosas.
Estudió Filosofía en Barcelona y Granada,
trasladándose a Madrid en 1863, donde entraría en contacto y recibiría la
influencia del profesor Julián Sanz del Río, como se sabe introductor en España
del ideario Krausista (de Karl Christian Fiedrick Krause, 1781-1832); las ideas
e influencias del krausismo marcarán para siempre tanto el pensamiento como la
obra de Giner de los Ríos.
Obtiene la cátedra de Filosofía del Derecho y de
Derecho Internacional de la universidad de Madrid en 1867, y que abandonará a
los pocos meses en protesta por las sanciones del gobierno a Sanz del Río.
Volvió a su cátedra tras el triunfo de la Revolución de 1868, fue separado de
ella tras la Restauración borbónica, por el gobierno Cánovas (1875) y
nuevamente repuesto al llegar al poder los liberales de Sagasta (1881).
Su carácter profundamente crítico, sus modos de
enseñar y su ilimitada ilusión docente convertirán a Giner en una de las
figuras obligadas del Madrid universitario. No dudará en enfrentarse abiertamente
a ciertas ordenanzas atentatorias a la libertad de cátedra que habían sido
adoptadas por el Ministro de Fomento, Marqués de Orovio.
Como consecuencia de sus opiniones contrarias a las
disposiciones del gobierno es expulsado de su cátedra, junto con amigos y
discípulos, buena parte de los cuales compartirán desde ese instante los sueños
transformadores de Giner de los Ríos. A raíz de los acontecimientos anteriores,
pone en marcha una de las iniciativas que más han influido en la educación
española, la Institución Libre de Enseñanza, empresa a la que dedicaría el
resto de su vida, se trataba de un centro educativo, basado en modelos
pedagógicos modernos, laicos y progresistas, que se proponían como alternativa
a la enseñanza oficial dominada por la Iglesia.
El 1 de abril de 1875 y enfermo es detenido por la
policía y llevado a Cádiz hasta finales de verano que es cuando se levanta el
confinamiento.
Destacó como jurisconsulto y como pensador, pero
será con la fundación de la Institución Libre de Enseñanza cuando salga a
relucir el genial pedagogo que Giner llevaba dentro. Desde ese instante y hasta
el final de sus días, don Francisco Giner de los Ríos se dedicará en cuerpo y
alma a poner en práctica las líneas pedagógicas que definen la Institución:
formación de hombres útiles a la sociedad, pero sobre todo hombres capaces de
concebir un ideal, coeducación y reconocimiento explícito de la mujer en pie de
igualdad con el hombre; racionalismo, libertad de cátedra y de investigación,
libertad de textos y supresión de los exámenes memorísticos. En una palabra una
Escuela activa, neutra y no dogmática, basada en el método científico, que
abarca toda la vida del hombre y que pretende la formación de hombres
completos, abiertos a todos los ámbitos del saber humano. Giner opuso la libertad
a la autoridad.
En 1881 es restituido en su cátedra. La Institución
Libre de Enseñanza, bajo la dirección de Giner, continuará su andadura como
modelo de calidad de enseñanza no tardando en adquirir renombre nacional e
internacional. Fundaciones de la ILE serán el Museo Pedagógico Nacional, las
Colonias Escolares, la Junta para Ampliación de Estudio e Investigaciones Científicas,
futuro germen del CSIC, la Residencia de Estudiantes, la Dirección General de
Primera Enseñanza, las Misiones Pedagógicas,…
Esos eran los sueños de Giner y su contribución a la
consecución de un país de personas libres dirigidas por personas libres y con
preparación adecuada. Aunque la nómina de personalidades, alumnos y profesores
en algún momento relacionados con la ILE o formados directamente en ellas serían
interminable, basten los nombres de Manuel Azaña, Julián Besteiro, Jose Ortega
y Gasset, Federico García Lorca, Salvador Dalí, Antonio Machado, Juan Ramón
Jiménez, Luis Buñuel, Miguel de Unamuno, Fernando de los Ríos o Bosch Gimpera,
para comprender la trascendencia que la iniciativa de este rondeño ha tenido en
la historia reciente de España. Es un personaje clave por su influencia sobre
los ideales ilustrados liberales, en el sentido francés (radical-laico), que
sirvieron a la minoría intelectual republicana y, más tarde, a la izquierda
revisionista.
Fue el continuador del krausismo en el último tercio
del siglo XIX y los primeros años del XX. Ejerció un influjo enorme sobre sus
discípulos y renovó la vida intelectual española, la educación y aún la misma
sensibilidad del país. También es visto como un precursor de la sociología
jurídica.
En 1887 crea la Fundación Sierra-Pambley en
Villablino.
Muere en Madrid el 18 de febrero de 1915.
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